jueves, 5 de marzo de 2009

Capítulo 5: Camino a algo mejor

Con el dinero podría haber hecho miles de cosas pero Alberto, valientemente, decidió dejar todo aquel fajo en la tumba de su esposa. Rebeca, el cartero vino hoy dijo que la respuesta que tanto anhelabas estuvo siempre en un buzón cercano. De pronto el deprimido esposo rompió a llorar, lanzando el más terrible grito de rabia que se pudo escuchar jamás en aquel pueblo. La pequeña Sofi lo miraba indiferente, sin si quiera inmutarse, cualquier otro niño lo hubiera hecho pero no Sofi, ella era especial. Sus ojos, casi dormidos, no mostraban asombro alguno, pero había algo, algo en aquella indiferencia que hacía de su mirada extraña, al punto que muchas veces sus padres no reconocían a la dulce niña que solía sonreír constantemente.

Es hora de continuar. Dijo Alberto, mostrando firmemente su decisión. Cambio de planes, iremos a visitar a una tía muy querida. Cogió a la pequeña de la manito y juntos enrumbaron un nuevo destino, tal vez bueno, tal vez malo, pero siempre juntos.

¿Sabes? Mamá adoraba los chocolates rellenos de fresa, decía que eran lo más cercano al sabor de las rosas. ¿Y mami donde está? Ella está… en un lugar mejor. ¿En casa de  tía Esperanza? Alberto bajó la mirada, ¿Hasta cuando seguiría mintiendo? Si hijita, tal vez allí la encuentres. Los ojos de Sofía parecieron alumbrar por un momento su constante sueño. Ella estaba feliz, era feliz.

1 comentario:

  1. a quien no le gustan los chocolates rellenos de fresa!? son riquisimos!! y de alli? q paso? siguela porfis!! o se quedara en el fin...

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