
Tu cabello dice adiós mientras el frío de las cuatro golpea mi cerebro, haciendo a mis ojos transpirar,
intento no ver, no verte, a ti, a tus manos, a tu cielo.
Y entonces te vas, mueres, desapareces,
y anuncias tu partida a mis oídos,
y no quiero escuchar,
y ya no quiero hablar,
y te abrazo, y me alejo,
y te pierdes.
Y odio el momento, el segundo, en que la última palabra me fulminó el corazón.
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