
extráñame en la sombra del coche que pasa por tu puerta cada madrugada,
extráñame en el rocío de la mañana, ese que te despertaba,
extráñame bajo la luz del sol de mediodía en la playa desierta de tu son.
Extráñame cuando ya no puedas más extrañar,
cuando las cuculíes se apaguen y el gallo deje de cantar a las cinco.
Extráñame cuando las estrellas y la luna no salgan de noche,
cuando mi mirada se choque de frente con el suelo húmedo de tu adiós.
Extráñame cuando un miope te diga que me vio,
cuando tus cartas se vuelvan amarillas dentro de mi buzón.
Extráñame cuando tus pies no rocen el piso y tu cabeza se estrelle contra el techo,
cuando las mil flores que te dejé se sequen otra vez,
cuando una estrella fugaz de la vía láctea baje por tu ventana y se instale en el velador.
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