parecía que el loco del bar nos espiaba,
parecía que el agua no paraba de correr,
parecía que mis brazos nunca más te iban a extrañar.
Me sentí lejana y triste, absurda e infeliz.
Parecía, solo me parecía.
Parecía que el viento dejaba de bailar.
Y así de pronto, ya nada me pareció.
Parecía que sonreías en el recuerdo de un verano naranja,
con gotas de lluvia, espantapájaros y tiburones.
Parecía el carnaval de un ciego, parecía la adivina que pregunta por el futuro.
Parecía yo, sola, en medio de una habitación ya sin ti.

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