
Y cuando me transporto al ensueño de un buque sin pasajeros, dejo caer mi cinta en tus tobillos,
y amo el momento en que la recoges,
y amo el momento en que tu cabello baila,
y amo el suspiro de mi lágrima,
y amo el diente de oro del pirata impertinente.
Y cuando me miras sin decir adiós,
extraño el sollozo de la brisa,
extraño tu risa en medio del desierto,
y, anhelo, anhelo, un arcoiris que llueva.
y, anhelo, anhelo, al duende y a su olla de oro.
Y cuando calmas la aureola de mi molino con tu incertidumbre,
me zambullo en el lago de la alteridad y dejo vagar a mi ego transparente,
y cuando no ves la cinta, me encierro en el cofre del deseo,
la caja de pandora se abre y me lleva.
Y como no estás, no estoy.
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